Aliada Inesperada: Amistad Al Servicio Del Desquite

Con el corazón ardiendo pero la voz controlada, Elara tomó el teléfono y marcó a su leal amiga Marissa. Le confesó la traición de Caden y su deseo de no hundirse. “Necesito tu ayuda”, admitió sin rodeos. Al instante, la respuesta llegó firme: Marissa se sumaría a cada paso de la estrategia contra él ahora.
Elara sintió que la gratitud le devolvía aire a sus pulmones. Ya no era solo una paciente rota, sino la mente que orquestaría el ajuste de cuentas. Con Marissa como cómplice, cada detalle sería calculado. Comprendió que no caminaba sola hacia la tormenta: había comenzado, por fin, su propia reconquista sin pedir permiso a nadie.