Renacer Entre Escombros Emocionales

En lugar de hundirse en el abismo, Elara tomó una decisión incómoda: pedir ayuda. Se inscribió en grupos de apoyo y comenzó terapia, donde otras voces contaban traiciones que le sonaban dolorosamente familiares. Cada historia ajena le devolvía un espejo y, con él, el alivio de saber que su tormenta también tenía compañía, muy cerca.
Con el tiempo, esos círculos se convirtieron en su campo de entrenamiento emocional. Entre ejercicios, lágrimas y consejos, aprendió a poner límites y a sostenerse en pie sin pedir permiso. Ya no se veía como una víctima rota, sino como una estratega de su propio renacer, dispuesta a defender cada paso logrado con uñas firmes.