Un Tropezón No Es Caída
Después de un largo día de trabajo, es común que la mente empiece a fallar y te encuentres haciendo cosas que no tienen mucho sentido. A veces, no tomas decisiones de manera consciente; es como si estuvieras en piloto automático. Los atletas, aunque suelen tener un enfoque impresionante, también pueden tener momentos de distracción.
Stanislas Wawrinka claramente estaba experimentando uno de esos días. En un momento de desconcierto, dejó su raqueta a un lado y procedió a servir la pelota con las manos desnudas. Este desliz cómico no sólo añade una nota de humor a su jornada, sino que también destaca cómo incluso los más grandes pueden cometer errores inesperados. ¡Un error memorable en la historia de los bloopers deportivos!